¿Qué quiere decir la expresión «votar con los pies»?


Votar con los pies implica trasladarse a una unidad jurisdiccional más acorde a tus preferencias individuales.

Una de las principales aspiraciones de los sistemas políticos democráticos es que el mayor número de personas esté satisfecho con las políticas públicas. Una forma de conseguirlo es que gobierne el partido que haya votado la mayoría, que satisfará a un mayor número de personas. Otra posibilidad es la denominada «votar con los pies».

¿Qué quiere decir votar con los pies?

Votar con los pies implica cambiar de residencia a otra unidad jurisdiccional dentro del mismo país. Implica que cada ciudadano elige libremente con su voto los representantes que más le convencen. Pero también implica la existencia de políticas diferentes en diferentes unidades jurisdiccionales. Como ejemplos de unidades jurisdiccionales tenemos los estados de los EEUU, los länder alemanes o las autonomías españolas. Esas políticas pueden ser diferentes de un territorio a otro, lo serán en función de lo que vote la gente. De lo que se trata es de que los individuos elijan  como lugar de residencia aquél que se adapte mejor a sus preferencias. Para que ello sea posible, debe haber un número suficiente de jurisdicciones esencialmente similares pero que se diferencien en cuanto a las políticas públicas tales como las decisiones en relación a los impuestos, al gasto público y a las leyes.  Por ejemplo, en jurisdicciones con una población más joven se podría gastar más en educación y en las jurisdicciones con una población más envejecida gastar más en sanidad.

¿Cuál es el principal problema al delimitar las jurisdicciones?

El principal problema que se debe afrontar al delimitar las jurisdicciones es el de que, entre las decisiones que pueden diferir entre unas unidades jurisdiccionales y otras, se encuentra la presión fiscal. Si cada una de esas unidades decide libremente la presión fiscal, nos podemos encontrar con unidades con una presión fiscal  muy reducida habitadas por aquellas personas con un mayor nivel de renta. En definitiva sería simplemente una forma de dejar de pagar una parte muy importante de los impuestos que venían pagando.Sería tan sencillo como que los más ricos trasladasen su residencia a la jurisdicción con mayor nivel de renta. Además, una vez que hay una jurisdicción donde viven los más ricos, éstos pueden decidir votar por aquellas opciones políticas que les permitan seguir bajando los impuestos. En el resto de jurisdicciones habría una menor recaudación, fruto de que los más ricos se han marchado a la jurisdicción que les convenía más. Se enfrentarían a un recorte del gasto público o a un aumento de la presión fiscal.

¿Cómo se puede intentar resolver este problema?

Este problema se podría resolver de varias maneras.Una de ellas sería que las jurisdicciones no fuesen tan similares en muchos aspectos importantes. En definitiva se trataría de que fuese difícil encontrar una jurisdicción muy similar a aquella en la que uno quiere vivir pero con políticas más adaptadas a las preferencias personales. Eso podría disuadir a los más ricos de trasladar su residencia a otro lugar. Lo podría hacer porque, en ese caso, los más ricos tendrían que elegir entre vivir en el lugar donde les gustaría vivir o pagar menos impuestos. Lo que sucede es que se estaría traicionando de algún modo la intención original. De este modo se está dificultando que los ciudadanos emigren hacia una jurisdicción con políticas más cercanas a sus preferencias.

Otra posibilidad sería establecer una legislación básica que frenase las reducciones de impuestos por debajo de un determinado nivel, incluso que estableciese la misma presión fiscal para todas las jurisdicciones. Lo que sucede es que, del mismo modo que una excesiva diferenciación hacía complicado el cambio de residencia, una excesiva uniformidad convierte en irrelevante ese cambio de residencia.No es precisamente ese el objetivo, no añade nuevas oportunidades para que la gente pueda elegir lo que más le conviene.

Otra posibilidad es establecer jurisdicciones grandes. Cuanto más pequeñas sean las jurisdicciones más probable es que en una o varias de las jurisdicciones se establezca una mayoría de personas ricas que quieran una presión fiscal muy baja. Lo que sucede es que con un número pequeño de jurisdicciones es más complicado encontrar una que se adapte a uno mismo.

En definitiva se trata de encontrar un equilibrio entre dar muchas opciones diferentes a la gente y que estas opciones no perjudiquen a otras personas.

Acerca de Gonzalo García Abad

Licenciado en Economía con amplio interés en la Fiscalidad, la Contabilidad, las Finanzas y el Derecho.
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