El crédito a las pymes tiene mucho que decir en el futuro de las pensiones. Además, lo tendrá tanto en el futuro de las pensiones públicas como en el de las privadas.
El crédito a las pymes y el futuro de las pensiones públicas
Existen otros factores importantes de los que depende la viabilidad de un sistema de pensiones, pero podemos decir que, en términos generales, cuanta más gente trabaje, mejores sueldos tenga y más cotice más sostenible es un sistema público de pensiones de reparto como el de España.
Los procesos de crecimiento de las pymes constituyen hoy en día el gran reto para el empleo y la productividad de la economía española.
Estamos hablando de muchas pequeñas empresas que acumulan un gran conocimiento de su sector, de sus clientes, de su producto… Alcanzar ese conocimiento y experiencia ha costado muchos esfuerzos y convendría aprovecharlo y ver en qué medida es trasladable a otros contextos.
Con una misma plantilla o un incremento proporcionalmente pequeño, pero con un buen proyecto detrás, esas pymes intentan lanzarse a nuevos mercados, nuevos productos, incremento en la producción de los ya existentes…
Los incrementos de plantilla en estas pymes en expansión proceden principalmente de la incorporación de personal altamente especializado en labores esenciales para ese tipo de proyectos, es decir, trabajadores bien remunerados y con elevadas cotizaciones a la Seguridad Social.
Por otro lado, el triunfo en esos procesos de crecimiento es un elemento estabilizador de las pymes. Sus actividades se diversifican más y el impacto de una crisis puntual en alguno de sus productos puede ser mejor absorbido. Como consecuencia, estas pymes que crecen tienden a destruir menos empleo (y cotizaciones) en los peores momentos económicos.
El crédito a las pymes y el futuro de las pensiones privadas
Los rendimientos del ahorro privado también van a estar muy ligados a la evolución del crédito a las pymes. El ahorrador, a través de diferentes instrumentos, tiene la posibilidad de invertir, principalmente, en la deuda pública, el mercado inmobiliario y la gran empresa (tanto en deuda como en acciones).
En las pymes, las mayores fuentes de financiación proceden de sus promotores y de la financiación bancaria. También obtienen fondos de familiares, amigos, conocidos, de business angels, subvenciones e, incluso, fórmulas alternativas de financiación, fundamentalmente ligadas a las nuevas tecnologías. Raramente acceden a otras vías de financiación como el acceso a los mercados de capitales.
Por lo tanto, las opciones de invertir en deuda o fondos propios de pymes son escasas para la mayoría de los ahorradores. Y para los que sí tienen acceso a esa opción suele haber graves problemas de diversificación. Lo más habitual es que su única alternativa sea invertir en su propio negocio o en el de un allegado o conocido. Es raro ver personas que tienen una amplia cartera de inversiones en deuda o fondos propios de pymes, ni directamente ni a través de otro tipo de instrumentos, como podrían ser las participaciones en instituciones de inversión colectiva.
Sin embargo, si la economía da el salto que permita mejorar sensiblemente el empleo y la productividad, abriendo una etapa de mayor crecimiento y sostenibilidad de las pensiones, el protagonista más probable serían las pymes más punteras, como las startups, por ejemplo.
Obviamente, sería interesante hacer partícipe en alguna medida al ahorrador medio de los frutos de ese éxito (si es que llega). Ello podría generar buenos rendimientos que complementasen su pensión pública. Fundamentalmente, sería muy interesante para los ahorradores más jóvenes, ya que tienen mayor margen para el error dado que disponen de más tiempo antes de la jubilación.
¿Qué debe significar mejorar el crédito de las pymes?
La verdadera clave está en que una mejora del crédito a las pymes no puede ser gratuita. Debe venir acompañada de una mejora en la solidez de los proyectos emprendedores.
Los intermediarios financieros están deseando participar en la financiación proyectos de pymes. Se da la paradoja de que existen muchos emprendedores que tienen muy buenas ideas y mucha ilusión y, sin embargo, su proyecto no tiene la suficiente solidez.
Sí, es bueno partir de una buena idea, pero hay que contar con un buen proyecto, saber planificar y comunicar, tener un buen equipo detrás, manejar bien la comercialización y las finanzas, dirigir bien los recursos humanos, etc. A muchos emprendedores con buenas ideas les falta formación, flexibilidad, organización, contactos, etc.
Y ese salto no solamente depende del emprendedor, sino también de todo el ecosistema que lo rodea. Las políticas públicas pueden tener un papel importante en esa misión, pero la responsabilidad es compartida. Todos podemos aportar nuestro granito de arena. Incluso los propios consumidores tienen un papel fundamental en la modernización de unas empresas que deben tener a sus clientes permanentemente presentes.
Una de las paradojas más tristes de nuestro tiempo es que, existiendo mucho paro en muchos lugares, al mismo tiempo existan muchas empresas que tienen dificultades para cubrir los perfiles que necesitan. Con frecuencia, tienen que renunciar a proyectos interesantes porque no encuentran a la persona adecuada para desarrollar labores clave en ese proyecto.
El debate político sobre el futuro de las pensiones es muy interesante. Todas las partes aportan algún elemento a tener en cuenta. Quizá el Pacto de Toledo sea capaz de encontrar algunas mejoras en el sistema actual. Sin embargo, hay un elemento no político que debería comprometer a los ciudadanos en general y que, en buena medida, pasa por la mejora de los proyectos emprendedores de las pymes.