España, el país de las pymes: ¿debería seguir siendo así?


Es indudable que las pymes tienen muchas ventajas, por eso son tan habituales en España. Se trata de estructuras más sencillas de manejar en muchos sentidos: personal, información, financiación, requisitos, etc. Sin embargo, y a pesar de su sencillez, no gozan de muchas de las ventajas relacionadas con la gran empresa. Mantener una proporción excesiva de pymes puede suponer una amenaza a la productividad del conjunto de la economía española.

Se dice con frecuencia, y es en parte cierto, que las pymes y los autónomos son uno de los principales motores del empleo en España. Una de las razones es que la productividad del trabajo de las pymes es más reducida que la de las grandes empresas, de forma que necesitan mucho empleo para realizar una producción del mismo valor que la de una gran empresa.

Existiendo muchos ámbitos en los que no existe una amenaza de otros bienes o servicios sustitutivos o una competencia internacional y tratándose de bienes o servicios con una reducida elasticidad precio de la demanda, el propio crecimiento económico propicia que estas empresas tengan una demanda que satisfacer y, para ello requieren mucho empleo.

Sin embargo, en cierto modo, el propio crecimiento del peso de estos sectores menos dinámicos, en los que el número de pymes es muy elevado constituye una amenaza para el crecimiento de la productividad del trabajo de España, y con ello una amenaza para la evolución de los salarios y del nivel de vida de los españoles, así como para la competitividad internacional del conjunto de nuestra economía, que se ve afectada por un crecimiento más rápido de los precios por un menor dinamismo en estos sectores.

 Algunas razones de la menor productividad de las pymes

Son muchos los factores que inciden en la menor productividad de las pymes, a pesar de contar con la ventaja de la sencillez.

La mayor dificultad para desarrollar proyectos a largo plazo

Los proyectos a largo plazo son muy importantes para el desarrollo de la innovación. Desarrollar un nuevo producto más valorado por los consumidores exige pruebas, superación de fases, cumplimiento de requisitos, tiempo, en definitiva. Lo mismo sucede con las innovaciones de proceso y con otras innovaciones como la búsqueda de nuevos mercados o de nuevas materias primas, por ejemplo.

La sucesión empresarial es especialmente compleja en las pymes, lo que dificulta la financiación y la planificación de los proyectos a largo plazo. Además, las grandes empresas tienen un mejor acceso a la financiación, al poder disponer, por ejemplo, de la financiación en los mercados de capitales.

En cuanto a la planificación, es un elemento muy importante en el desarrollo de proyectos a largo plazo. Exige recabar y analizar mucha información. La disposición de muchos departamentos propios especializados por parte de las grandes empresas facilita las labores de planificación.

Las pymes pueden recurrir a contratar externamente asesoramiento jurídico, fiscal, de ingeniería, de riesgos laborales, psicológico, contable, informático, etc. Sin embargo, las grandes empresas pueden diseñar departamentos a medida que trabajen en el apoyo específico a cuantas necesidades de asesoramiento tengan. Y pueden trabajar de una forma diferente y propia, distinto de lo que puede encontrarse en el mercado.

Las dificultades en la gestión de personal en la pyme

El personal de las pymes tiende, dada la menor productividad de las pymes, a cobrar menos que el de las grandes empresas. Eso genera una dificultad para retener el talento. Si la empresa tiene dificultad para retener el talento, es más difícil invertir en generar trabajadores más productivos.

La formación de los trabajadores, la prevención de riesgos laborales como el fomento de la salud laboral, la prevención de accidentes y riesgos o la mejora de las condiciones de comodidad en el trabajo son factores que favorecen un trabajador más productivo.

Las pymes tienen dificultades para realizar inversiones por encima de los requisitos legales. Ni los trabajadores, ni las pymes tienen el mismo incentivo que en una gran empresa a colaborar activamente en los programas para mejorar todas estas características que elevan la productividad de los trabajadores, porque es más complicado mantener una relación laboral estable en una pyme. Las pymes tienen miedo a invertir en sus trabajadores para que acaben en la gran empresa y los trabajadores dudan de la supervivencia a largo plazo de muchas pymes.

Las dificultades en la internacionalización de las pymes

La internacionalización de la empresa provee a ésta múltiples oportunidades de acceder a nuevas fuentes de financiación, nuevos mercados, trabajadores de diversos lugares del mundo, formas de hacer distintas, una gama más amplia de proveedores, etc. Todo ello contribuye a que la productividad de la gran empresa sea mayor que la productividad de las pymes.

Las pymes tienen en el cumplimiento de muchos requisitos una de las barreras más importantes para su internacionalización. Si los requerimientos a sus productos varían entre países, la internacionalización requiere un proceso de adaptación que es más sencillo en una gran empresa, que dispone de más recursos para adaptarse a entornos con exigencias diferentes.

El papel de las inversiones en la productividad de las pymes

Para que un trabajador pueda ser más productivo es muy importante que esté bien dotado de medios materiales. La productividad del trabajo crece a medida que aumenta la cantidad de capital de la empresa. Las pymes, por su pequeño tamaño, disponen de menos inversiones.

Pero no solamente es una cuestión de dotación de capital. También las nuevas generaciones de capital incorporan novedades que permiten producir de forma novedosa. Por ejemplo, invertir en ordenadores no solamente es importante para que cada trabajador cuente con más medios, sino que la reposición de equipos antiguos por equipos nuevos implica que estamos introduciendo una herramienta más moderna que nos abre nuevos caminos para la empresa.

¿Deberían desaparecer las pymes por su menor productividad?

No, las pymes tienen su papel en muchos sectores, fundamentalmente en aquellos en los que no se desarrollan con tanta facilidad novedades que aporten dinamismo a la producción y mejoras en la productividad. Aportan sencillez, unos costes derivados de la gestión de las órdenes, la información, los requisitos, etc. que son más reducidos.

También es importante trabajar en el fortalecimiento de las posibilidades de mejora de la productividad laboral en las pymes. Dos muy importantes son la digitalización de muchas actividades empresariales y la disminución de barreras no arancelarias al comercio internacional.

La digitalización está permitiendo que muchas pymes comercialicen sus bienes y servicios a lugares mucho más distantes, lo cual es una oportunidad de internacionalización y mejora de la competitividad.

Los diversos tratados que en diferentes partes del mundo se están negociando propenden a reducir las trabas que tienen las pymes para acceder a múltiples mercados con requisitos legales de acceso que pueden diferir bastante. Se trata de varios complejos procesos de negociación, pero seguramente darán sus frutos en forma de unas pymes más internacionalizadas y con una mayor productividad.

Sin embargo, es muy importante (crucial) incrementar el peso de las actividades más ambiciosas, con mayores inversiones y planes a largo plazo, expuestas a la competencia internacional y con un perfil más innovador.

Acerca de Gonzalo García Abad

Licenciado en Economía con amplio interés en la Fiscalidad, la Contabilidad, las Finanzas y el Derecho.
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