Existen dos teorías principales que nos ayudan a comprender la relación entre educación y productividad del trabajo, la teoría del capital humano y la teoría de la señalización. Según la teoría de la señalización tienden a tener mayor nivel de estudios aquéllos que que son más inteligentes, que se esfuerzan más, que están más motivados, etc. Y esas características precisamente son las que buscan las empresas. La educación sería más una forma de señalizar la capacidad que una forma de adquirir mayor capacidad. La otra teoría, la teoría del capital humano, por su parte, la educación se contempla como una forma de inversión, invertir en adquirir mayores conocimientos y nuevas destrezas que incrementen la productividad y el salario futuro.
A través del acceso a conocimiento especializado los programas de máster de escuelas de negocios y universidades privadas permiten elevar la productividad de los estudiantes. Cuentan con la ventaja de poder disponer de mayores medios económicos que las universidades públicas, con lo que tienen una cierta mayor facilidad para lograr sus objetivos docentes. Pero esa es una característica compartida con cualquier tipo de programa de máster, no es un rasgo distintivo importante frente a los programas de máster de las universidades públicas. La diferencia más importante de los programas de máster más exitosos de escuelas de negocios y universidades privadas con los programas de máster de las universidades públicas es que sirven de herramienta para la señalización del posicionamiento social y de la pertenencia a redes de contactos.
Algunos de estos programas de máster sirven para señalizar una posición social. Sirven para señalizar que esa persona pertenece a un entorno donde las personas con las que se relaciona como familiares, amigos, vecinos, compañeros en diversas actividades o meros conocidos son personas con un nivel de renta particularmente elevado, con un nivel de formación elevado, con menor propensión a estar en desempleo que la población en general, con una mayor tendencia a ocupar puestos directivos, etc. La pertenencia a ese entorno se percibe como una señal de alta productividad. Y como los participantes en esos programas de máster, tanto alumnos como profesores, tienden a participar de ese entorno, facilitan que se forme una importante red de contactos. Sirven de forma de señalización de pertenencia a una red de contactos importante, lo que facilita la empleabilidad.
Este tipo de máster tiene la ventaja de que, si funcionan adecuadamente, pueden reforzar relaciones muy productivas y producir buenos emparejamientos. En la medida que funcionen bien, su objetivo es poner en contacto personas de alta capacitación con otras personas y empresas de alta capacitación. Si esa red de contactos funciona bien, la pertenencia a ella señalizada por un determinado máster puede ser una fuerte señal de calidad del trabajo realizado por quienes pertenecen a ella.
Pero tienen dos graves inconvenientes. El primero es de accesibilidad, este tipo de máster no es igual de accesible para todo el mundo. Quien no pertenece a ese entorno tiene importantes barreras a la entrada. Una no menor es el elevado coste económico, coste al que la mayoría no podemos acceder. Pero existen otras barreras que fundamentalmente van orientados a que quien no tiene los suficientes contactos no participe en unos programas cuya finalidad primordial es señalizar la pertenencia a redes de contactos de calidad. Si todo el mundo hace este tipo de máster la señal de posicionamiento social pierde todo su sentido. Esto tiene implicaciones importantes en la distribución de la renta.
El segundo riesgo es muy importante, el riesgo de que la calidad de la red de contactos no sea tal, que en un momento dado decaiga. En una red de contactos del tipo que sea sus miembros suelen tender a relacionarse con gente con la que comparte semejanzas importantes en cuanto a su posición dentro de la sociedad, de ahí el contacto. La realidad que vive una persona humilde es completamente distinta a la que vive el presidente ejecutivo de una gran empresa. Una parte importante del crecimiento económico se debe a las novedades, a las aportaciones de gente que tiene otra forma de ver las cosas. Precisamente las ideas más rompedoras, las que marcan diferencias importantes, suelen provenir de gente que no formaba parte del entorno que podríamos decir que tiene una posición social más asentada.
Un ejemplo histórico de decaimiento de la red de contactos lo tenemos con la caída del Antiguo Régimen. La nobleza del siglo XVIII estaba fundamentalmente preocupada por el campo y por las tareas militares y políticas. En el siglo XIX van a ver como la burguesía ocupa progresivamente muchas de las posiciones sociales que había ocupado antes la nobleza. La burguesía del siglo XIX estaba más preocupada por el comercio y la industria que por el campo y el ejército. No es que haya colectivos con mejores preocupaciones que otros, todos sienten y padecen, sino que las realidades son distintas y hay cosas que a quien pertenece a un determinado entorno le son muy complicadas de captar.
Por eso los programas de máster basados en la señalización de la pertenencia a una red de contactos deben estar muy atentos a la salud de la propia red, a ver si los miembros de esa red son los motores del cambio o están en una fase conformista. Lo más habitual es que ese dinamismo que permita a los miembros de una red ser el motor del cambio lo busquen en países extranjeros, cuyos alumnos y profesores puedan aportar una diferente visión de las cosas. Sin embargo, sucede que algunas veces no es suficiente y el programa de máster y la red de contactos se resienten.
Pingback: Los programas de máster de las universidades públicas españolas | Argumentos económicos
Pingback: ¿Y por qué no 2+3, en lugar de 3+2? Una aproximación desde la teoría del capital humano. | Argumentos económicos
Muy interesante. Creo que en términos reales, en ocasiones hay una gran brecha entre la señal y la productividad del individuo, vista ésta ultima como el impacto real que genera el nuevo magister en la sociedad. Muchas veces lo que ocurre es que el mercado señaliza a un individuo con un titulo de «alta calidad», pero el capital humano de aquel individuo no corresponde con la señal materializada en su titulo (carton); se trata entonces de un fallo del mercado correspondiente a información imperfecta vía «señal equivocada».
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Alfonso. Ciertamente se dan casos. El reto de los proveedores de educación es ofrecer una señal de calidad, tanto para el estudiante como para los receptores de la señal. Si el título no viene respaldado por una educación de calidad, a la larga el prestigio del centro acabará resentido.
Un cordial saludo,
Gonzalo.
Me gustaMe gusta