A primera vista el prefijo des- suele significar que la palabra que lleva ese prefijo es el antónimo de la que no lo lleva. Según eso, desempleo debería ser lo contrario de empleo, pero ese es un falso amigo. Desempleo no es exactamente lo contrario de empleo. Lo sería solamente en un mundo donde toda la población fuese población activa.
La población activa es la parte de la población que o bien trabaja, o bien quiere trabajar pero no tiene trabajo (los desempleados), es decir, es la suma de los empleados más los desempleados. Está claro que si toda la población fuese población activa, entonces sí podríamos decir que o se está empleado o se está desempleado, y por tanto desempleo sería lo contrario de empleo.
Sin embargo, en la población en general existe una población activa, una población inactiva y una población que no ha cumplido la edad mínima para trabajar. La población en edad de trabajar se distribuye entre la población activa e inactiva. La población inactiva incluye una parte de las personas que no están en edad de trabajar, en concreto los jubilados.
La población inactiva está formada por diferentes grupos de personas que, en un momento dado, no participan en los mercados de trabajo. Una parte es porque no puede, por algún tipo de incapacidad. Otra parte es porque así lo ha decidido. Las causas pueden ser variadas, pero entre ellas destacan quienes se dedican a los estudios a tiempo completo y las personas que realizan trabajos fuera del mercado laboral, como el trabajo del hogar o el voluntariado. Incluso existen personas que no trabajan por tener otras fuentes de renta. También se incluye a los jubilados. Es importante tener en cuenta que esa decisión puede cambiar, así parte de la población activa en un período pasa a ser inactiva en el siguiente y viceversa.
¿Cómo sería posible que pueda crecer o decrecer el número de empleados y desempleados a la vez?
La razón está en que el número de puestos de trabajo no es fijo, como tampoco es fija la población activa. La creación de empleo sólo supone destrucción del desempleo cuando la población activa se incrementa en menor medida que el empleo. Del mismo modo, si se reduce la población activa pueden reducirse el empleo y el desempleo a la vez. Pongamos dos ejemplos para entenderlo mejor. En un momento de auge en un país puede crecer el empleo, y eso puede atraer el interés de un mayor número de personas por participar en los mercados de trabajo. Eso puede hacer que, por ejemplo más estudiantes quieran compatibilizar su trabajo y sus estudios, o que menos personas decidan emigrar, o que más inmigrantes vean atractivo venir a trabajar al país, o que muchas personas que trabajan en las tareas de su hogar decidan participar en los mercados de trabajo. Si se crea más empleo del necesario para que todas estas personas encuentren trabajo, se reducirá el desempleo. Si el empleo creado no es suficiente como para cubrir ese nuevo interés de mayor número de personas por participar en los mercados de trabajo, se creará empleo al mismo tiempo que se incrementa el desempleo. Pero también puede suceder lo contrario, que en un momento de crisis haya mucha gente que decida dejar de participar en los mercados de trabajo de un país. Ese es el caso, por ejemplo, de las personas que deciden alargar sus estudios a tiempo completo, de quienes deciden regresar a su país de origen, de los nacionales que deciden emigrar o de quienes deciden dedicarse a trabajos no remunerados ante la situación de crisis. Si el número de esas personas es superior a la destrucción de empleo, entonces se puede reducir el desempleo en una situación de crisis con destrucción de empleo.
Además de cómo la situación económica del país puede influir de manera notable en la decisión de participar o no en los mercados de trabajo, el propio movimiento natural de la población puede ser muy relevante. Es muy importante el incremento o decremento de la población que está en edad de trabajar. Si son más las personas jóvenes que cumplen la edad para trabajar que las personas que se jubilan, el movimiento natural de la población contribuirá a un aumento de la población en edad activa, y contribuirá a su reducción en caso contrario. Además del movimiento natural de la población, también es muy importante la influencia de las migraciones. El cambio en la estructura de la población afecta a la población en edad de trabajar y ello puede influir en la población activa. Si por ejemplo, en un determinado período, se jubila mucha gente o hay pocos jóvenes que cumplan la edad mínima legal para trabajar, eso puede influir en una reducción tanto del número de desempleados como del número de empleados. Si se incorpora mucha gente y se jubilan pocos, puede aumentar el número de empleados y desempleados al mismo tiempo. Incluso es posible que un cambio en la población afecte de manera distinta a los empleados y a los desempleados. Por ejemplo, puede haber un incremento de la población que favorezca a un determinado lugar, haciendo que esas ventajas reduzcan el número de desempleados aunque aumente la población.
¿Y qué pasa con la tasa de desempleo?
La tasa de desempleo es el cociente entre el número de desempleados y el número de personas que forman parte de la población activa. Una buena aproximación de la tasa de variación en un determinado período de la tasa de desempleo es la diferencia de las tasas de variación del número de desempleados y de la población activa. Una tasa de variación, se entiende que de variación a lo largo de un período, no es más que el resultado de restar al valor que tenga al final de un período el valor que tenga al inicio del período y al resultado de esa resta dividirlo por el valor que tenía al comienzo del período. Normalmente se multiplica por cien para expresarla en porcentaje. Así, por ejemplo, si al comienzo de un período había 1000 parados en un determinado lugar y al final del período hay 1100, la tasa de variación será el resultado de restar 1100-1000 y dividirlo entre 1000. Si queremos expresarlo en porcentaje, debemos multiplicarlo por cien. En este caso diremos que el desempleo se ha incrementado un 10%, su tasa de variación es del 10%.
Para que se reduzca la tasa de desempleo, la tasa de variación del número de desempleados debe ser menor que la de la población activa. Si ambas aumentan, la tasa de variación del número de desempleados debe aumentar menos que la de la población activa para que se reduzca la tasa de desempleo; si disminuyen ambas, la mayor disminución debe ser la de la tasa de variación del número de desempleados, para que disminuya la tasa de desempleo. Si disminuye el desempleo y aumenta la población activa, siempre disminuirá las tasa de desempleo. Si disminuye la población activa a la vez que aumenta el número de desempleados, siempre se incrementará la tasa de desempleo.
Una conclusión clara es que si aumenta la población activa, cualquier reducción por pequeña que sea del número de desempleados se transformará en reducción de la tasa de desempleo.
Por el contrario, en el caso de que disminuya la población activa, no basta con que haya menos desempleados para que se reduzca la tasa de desempleo, sino que además debe haber una reducción proporcionalmente mayor del desempleo que de la población activa. Eso es importante, por ejemplo, en contextos en los que se reduce la población en edad de trabajar, como sería el caso si se produce un envejecimiento de la población o un período en el que emigran más personas de las que inmigran. Seguramente eso se traducirá en reducción de la población activa, que puede hacer que haya menos desempleados; pero, si la reducción de la población activa se centra en la reducción del número de personas que tienen empleo, y el número de desempleados se reduce proporcionalmente menos que la población activa, la tasa de desempleo aumentará a pesar de que haya menos desempleados.
El caso contrario también es posible. Puede aumentar el número de desempleados en un contexto de aumento de la población activa y disminuir la tasa de desempleo. Eso es posible si ese aumento se centra en el aumento del número de trabajadores. Por ejemplo, si en un país se incorporan muchísimos jóvenes al mercado de trabajo, muchos más que los que se jubilan, puede suceder que algunos no encuentren trabajo y aumente el número de desempleados. Sin embargo, si son muchos más los que encuentran trabajo que los que se encuentran desempleados, aunque haya más desempleados, el porcentaje que representan los desempleados sobre el conjunto de una población activa más grande (la tasa de desempleo) será menor.
Conclusión
La creación de empleo es una de las bases en las que normalmente se asienta una reducción de empleo, pero es posible tanto crear empleo y aumentar el desempleo a la vez, como que empleo y desempleo disminuyan a la vez. Incluso con una reducción del número de desempleados, la tasa de desempleo puede aumentar si esa reducción es producto de una reducción de la población activa más centrada en la reducción de los empleados que los desempleados. Del mismo modo, puede aumentar el desempleo y diminuir la tasa de desempleo porque la población activa ha aumentado en mayor proporción. E incluso puede haber una disminución de la tasa de desempleo que no sea una buena noticia, si la reducción se ha centrado exclusivamente en el aumento del número de desanimados, si la gente ha dejado de buscar trabajo porque la situación es muy mala.
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