Cuando varía el precio de un bien ocurren dos cosas. Por un lado, una variación en los precios de un bien es, en sí misma, una alteración del precio relativo de ese bien frente a otros bienes. Si sube el precio de un bien, ese bien se encarece relativamente frente a los otros; si baja el precio del bien, se abarata relativamente frente a los otros bienes.Al efecto producido por esa alteración en los precios relativos se le denomina efecto sustitución. Pero, por otra parte, también cambia la renta del individuo. Cambia en el sentido de que, al cambiar el precio del bien, hay posibilidades que antes le eran accesibles y ahora no, si es que ha subido el precio del bien; o por el contrario, al bajar el precio de un bien, nuevas posibilidades le son accesibles. Este segundo efecto es denominado efecto renta. Estos mismos efectos se producen cuando varía el precio de un factor de producción como el salario en el caso del factor trabajo o el tipo de interés en el caso del capital.
Es importante tener en cuenta que estos efectos serán diferentes para diferentes individuos. Esa es la causa, por ejemplo, de que las alteraciones en los salarios (como describía aquí) o en los tipos de interés (como describía aquí) que provocan los impuestos tengan diferentes efectos en distintas personas.
Pero analicemos con mayor profundidad estos efectos.
¿Qué es el efecto sustitución?
El efecto sustitución es una variación en la conducta del consumidor, concretamente la que se produce al alterarse el precio relativo del bien. Cuando nos referimos al precio relativo del bien nos referimos a las unidades de otros bienes a las que hay que renunciar para poder conseguir una unidad de ese bien. En ocasiones se emplea el término coste de oportunidad, porque lo que se trata de medir es el coste de las oportunidades perdidas al adquirir una unidad del bien, que no es otro que el coste que supone tener que renunciar a consumir una cierta cantidad de los otros. Pongamos un ejemplo. Imaginemos, para hacer más sencilla la exposición, un mundo en el que existen dos bienes: aceite y barras de pan, por ejemplo. Si el precio de la barra de pan es de 1 unidad monetaria y el precio del litro de aceite es de 4 unidades monetarias sabemos que, por cada barra de pan que compre, estoy renunciando a un cuarto de litro de aceite y, por cada litro de aceite que compre, estoy renunciando a 4 barras de pan. Si suponemos que el precio del pan sube a 2 unidades monetarias se alterará el precio relativo. Ahora, al comprar una barra de pan tenemos que renunciar a medio litro de aceite y, al comprar un litro de aceite tenemos que renunciar a 2 barras de pan. Por lo tanto, la renuncia que supone comprar una barra de pan, en términos de litros de aceite, es mayor y la renuncia que supone comprar un litro de aceite, en términos de barras de pan, es menor. El individuo tenderá a sustituir pan por aceite, que ahora es relativamente más barato.
Por este efecto, que llamamos efecto sustitución, siempre se tiende a consumir menos de los bienes que se encarecen y más de los bienes que se abaratan.
¿Qué es el efecto renta?
También es una variación en la conducta del consumidor pero, en este caso, se produce porque, de alguna manera, al cambiar el precio del bien, también cambia la renta del consumidor. Cambia la renta del consumidor porque cambian las posibilidades que le son accesibles. Si sube el precio de un bien tiene menos posibilidades a su alcance, si baja el precio de un bien tiene más posibilidades a su alcance.
Para entenderlo mejor, sigamos con el ejemplo anterior. Ahora, supongamos que el individuo tiene una renta de 100 unidades monetarias. El problema que se le plantea al consumidor es elegir en qué gastar su renta. Tiene que elegir cuantas barras de pan y cuántos litros de aceite va a adquirir y consumir. Como en nuestro ejemplo solamente existen dos bienes y ni siquiera existe el ahorro, elegirá entre todas las opciones que tiene, pero sabemos que agotará su renta. La agotará porque, si no gasta toda su renta, siempre podría haber elegido una opción que tuviese la misma cantidad de una de las dos cosas y más de la otra. Siempre podría haber gastado la parte de renta que no gastase en comprar algo más de alguna de las dos cosas. Suponiendo que tanto el pan como el aceite son bienes, que le satisfacen, siempre será preferible una alternativa que, teniendo la misma cantidad de pan, tenga más aceite o, teniendo el mismo aceite, tenga más pan. Sabiendo que va a agotar su renta, antes de que subiese el precio del pan podía elegir entre comprar 100 barras de pan y nada de aceite, 25 litros de aceite y nada de pan o cualquiera de las posibilidades intermedias, como por ejemplo 20 barras de pan y 20 litros de aceite. Sencillamente escogería la que más le gustase. Ahora, al subir el precio del pan, su renta ha disminuido. Así, por ejemplo, no puede elegir comprar 20 barras de pan y 20 litros de aceite porque, al subir el precio del pan de 1 unidad monetaria a 2, esa posibilidad le costaría 120 unidades monetarias y solamente tiene 100. Tiene menos posibilidades a su alcance, su renta es menor.
A diferencia del efecto sustitución el efecto renta puede llevar tanto a un aumento del consumo de un bien como a su disminución, tanto en el caso de que aumente la renta como de que disminuya. Existen unos bienes, denominados normales, en los que al disponer de mayor renta aumenta su consumo. Sin embargo, existen bienes, denominados bienes inferiores, en los que cuando se tienen mayores posibilidades, mayor renta, se dejan de consumir o se consumen menos. Se trata fundamentalmente de bienes de baja calidad que se consumen por ser baratos.
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