Una de las grandes preocupaciones de cualquier persona es saber de cuántos recursos va a disponer para su jubilación, de tal manera que la jubilación es una de las grandes motivaciones para el ahorro. Pero, ¿ por qué preferimos dejar de consumir en el presente?, ¿ por qué quienes ahorran con vistas a la jubilación tienen una especial aversión al riesgo?
La justificación del ahorro para la jubilación.
Es lógico que quien invierte para la jubilación tenga un miedo especial de no tener los recursos esperados para poder vivir en el futuro, cuando se jubile, incluso cuando existan pensiones públicas, ya que dependiendo de las circunstancias pueden resultar insuficientes.
La tendencia natural de los individuos es que el consumo de las primeras unidades que consumen les proporcione una mayor satisfacción. En definitiva, lo primero que consumimos es aquello que más necesitamoso deseamos.
Tiene sentido que, a medida que consumimos una proporción mayor de nuestra renta, cada unidad monetaria adicional nos produce cada vez menor utilidad adicional, es decir, consumir nos añade cada vez menos satisfacción a medida que consumimos más.
También lo podemos ver en el sentido contrario. Le producirá menos insatisfacción que le quiten la misma cantidad de dinero a una persona rica que a una persona pobre.
Esa persona podría ser la misma. Me refiero a que existen momentos, mientras una persona está trabajando, en los que su renta es mayor que en otros momentos, como cuando está jubilado. Por ello, tiene sentido que una persona decida prescindir de consumir una parte de su renta cuando es abundante, mientras está trabajando, para tenerla cuando sea más escasa, cuando está jubilada.
Quienes ahorran para la jubilación suelen tener una especial aversión al riesgo.
Tiene sentido que se prescinda de una parte de la renta para poder consumir en el futuro, pero para ello hemos de dejar el dinero en otras manos. Ese dinero, a través del sistema financiero pasa del ahorrador al inversor, con la idea de que retorne al ahorrador en un futuro con algún rendimiento.
Lo que sucede es que las inversiones no se desarrollan en un ambiente de absoluta certeza, con lo que es perfectamente posible que surjan pérdidas, es decir, existen riesgos.
Un mayor riesgo implica que es perfectamente posible, y hasta probable, que puedan suceder las cosas más dispares con las inversiones. Nuestro ahorrador podría, asumiendo más riesgos, obtener unos grandes rendimientos con los que podría consumir mucho cuando se jubilase.
Pero también podría suceder que cuando llegase la hora de la jubilación se encontrase con mucho menos dinero de lo que esperaba.
Como explicaba antes, la satisfacción que produce consumir va siendo menor a medida que se consume más, por lo que la reducción del consumo en caso de pérdidas será más dolorosa que la satisfacción que produciría un mayor consumo en el caso de obtener un buen rendimiento. Precisamente por ello, quienes ahorran para la jubilación suelen tener una especial aversión al riesgo.