En otra entrada escribí sobre la relación entre las reformas fiscales y el ahorro, llegando a la conclusión de que las relaciones entre las reformas fiscales y el ahorro son ambiguas y las consecuencias complejas. Ahora me planteo si una reforma fiscal, pongamos una rebaja, nos va llevar a un aumento o a una disminución de la oferta de trabajo.
En este caso la situación es diferente, pero guarda bastantes semejanzas. Los protagonistas de la situación, dos efectos llamados efecto renta y efecto sustitución, vuelven a estar enfrentados, produciendo efectos de signo contrario que se contrarrestan. La pregunta que surge es clara: ¿por qué ?
En primer lugar hay que tener en cuenta lo que sucede cuando hay una rebaja de impuestos. Lo que sucede es que aumentará el salario. Ese aumento del salario supone un mayor coste de oportunidad de quedarse ocioso, cada vez es más caro quedarse ocioso, supone desperdiciar una opción más valiosa de ganar dinero. Ello incentiva a trabajar más. Es lo que se conoce como efecto sustitución.
Por otro lado, al aumentar el salario, aumentan nuestras posibilidades de elección. Por ejemplo, podemos elegir tener la misma renta salarial que antes con menos horas de trabajo o podemos trabajar lo mismo con una mayor renta salarial. En definitiva nuestra renta es mayor, por decirlo así somos más ricos. El ocio se considera que es un bien normal, por lo que al aumentar nuestra renta, al tener más posibilidades de elección, tenemos un incentivo a elegir más ocio, por lo tanto a trabajar menos. Este efecto es el denominado efecto renta.
Bien, hay dos efectos de signo distinto, pero, ¿afectan por igual a todo el mundo? La respuesta es que no. Dependerá mucho de las preferencias del individuo, de la mayor o menor posibilidad que tenga de adaptar el número de horas que trabaja, de su renta o del número de horas que ya viniese trabajando, entre otros factores.
Las preferencias del individuo pueden ser un factor clave. Es evidente que habrá gente que necesite pocos incentivos para ponerse a trabajar o muchos frenos para dejar de hacerlo, mientras que en otras personas sucederá lo contrario.
La posibilidad de trabajar más horas no se da para todos los individuos. En muchos países la elección se da únicamente entre no trabajar o trabajar el número de horas de la jornada regulada, y a lo sumo la posibilidad de trabajar a media jornada. Es evidente que en estos casos ambos efectos se verán contrarrestados por esa restricción y muchos individuos, la mayoría, seguirá trabajando el mismo número de horas. Un sector donde sí que puede tener más efecto es en el de los trabajadores por cuenta propia, que tienen una mayor margen para ampliar o reducir su jornada.
Un factor muy importante es la renta del individuo. Si un individuo con una renta elevada obtiene un salario mayor a través de una rebaja de impuestos es probable que, dado que su renta ya es importante, tenga una mayor propensión a disfrutar de más tiempo de ocio, por lo que algunos individuos de renta elevada puede que trabajen menos. En el caso de un trabajador con un bajo nivel de renta, una reducción de impuestos que incremente su salario puede suponer un incentivo para ofrecerse a trabajar más tiempo.
Otro factor importante es el tiempo que ya viene dedicando un individuo al trabajo. Por ejemplo, una rebaja de impuestos puede suponer un incentivo para que las personas que no forman parte de la población activa pasen a formar parte de la población activa. Un mayor salario, para individuos de renta baja, puede ser un incentivo para abandonar una dedicación a tiempo completo a las labores del hogar o los estudios, por poner dos ejemplos. Es muy probable que, con un salario mayor, muchos compatibilicen esas actividades con el trabajo o que incluso las abandonen. Pero, en el caso de los estudios, la relación también puede ser la contraria. Dado que un mayor salario representa un mayor rendimiento de la inversión que supone estudiar, puede incentivar a que se estudie más. Los tipos de interés y las expectativas sobre la evolución de los salarios serán cruciales a la hora de valorar si es más lo que se sacrifica en el presente o lo que se obtendría en el futuro.
En el caso de las personas que trabajan muchas horas, el nivel de renta influye mucho en estos efectos. Entre estas personas es mucho más probable que dedique algún tiempo más al ocio una persona con un nivel de renta más elevado que una persona con un nivel de renta bajo.
La conclusión a la que podemos llegar es que el impacto de las reformas fiscales, lo mismo las rebajas que los aumentos fiscales, sobre la decisión de los individuos de ofrecerse a trabajar más o menos horas es ambiguo, depende de las diversas circunstancias del individuo. Además los efectos sobre la distribución de la renta son complejos.
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