El brexit y el segundo puente económico británico


En otra entrada escribía sobre la amenaza del brexit al papel del Reino Unido como puente económico entre EEUU y Europa. En esta entrada, me centraré en el papel de puente económico entre Europa y otras partes del mundo y cómo podría verse ese papel amenazado por el brexit.

El Reino como puente entre Europa y una parte importante del resto del mundo

Varios han sido los factores que han propiciado el papel de puente entre Europa y el resto del mundo que ha asumido el Reino Unido. Veamos algunos de los más importantes.

El Imperio británico y la Commonwealth

El Imperio británico y la Commonwealth han provisto un conjunto de relaciones, no siempre sencillas, con un amplio y variado conjunto de países de los diferentes continentes.

Eso ha provisto a las empresas británicas una importante red internacional de contactos. Pero también ha provisto a las empresas británicas de un mayor conocimiento del terreno en muchos lugares del mundo, en el sentido de conocimiento de posibles amenazas y oportunidades.

Pero lo más importante no ha sido el Imperio británico, sino la visión global del mundo de la que muchos británicos han sido pioneros. Eso se ha traducido en el desarrollo de una gran experiencia en el abordaje de los problemas del comercio y la financiación internacionales.

La navegación

El hecho de que Gran Bretaña sea una isla y que Irlanda del Norte se encuentre en otra isla como la isla de Irlanda, lejos de aislar al Reino Unido, ha situado al Reino Unido históricamente como una potencia naval.

Transportar mercancías por mar es normalmente más barato que hacerlo por tierra, lo que hace que se planteen posibles relaciones comerciales con las zonas de influencia de puertos de mar de todo el mundo. Eso ayuda mucho a mantener una visión global.

La importancia de los intereses extranjeros en el Reino Unido

El hecho de que fortunas de todo el mundo, especialmente países como Rusia y los países árabes, se establezcan en el Reino Unido genera un lazo (con muchas aristas) con diversos países. Muchos países ven en el Reino Unido un puente cultural porque también hay numerosas colonias extranjeras de importancia.

¿Por qué el brexit puede poner en riesgo el papel del Reino Unido como puente entre Europa y el resto del mundo?

El mundo está viviendo una «batalla» de aproximación regulatoria. Distintas regulaciones que marcan los requisitos para poder acceder a un determinado mercado de un país concreto tenderán a parecerse cada vez más en todo el mundo.

Esa «batalla» se libra principalmente en dos actos. Por un lado, está el TTIP y por otro está el tratado transpacífico que involucra a EEUU y otros países ribereños del Pacífico. Es evidente que EEUU tiene un papel preponderante al poder ofrecer mayor acercamiento tanto a Europa como a los países del Pacífico en función de lo que le pidan y de lo que le ofrezca. Por así decir, EEUU juega con dos cartas.

El Reino Unido tiene una política regulatoria en muchos aspectos más semejante a la de Europa que a la de cualquier otro país o grupo de países. Las preocupaciones que tienen los británicos son semejantes a las del resto de países de Europa, como la preocupación por los efectos de estos procesos sobre el marco laboral, sobre la salud, sobre la protección de los consumidores o sobre el efecto ambiental.

 Si se produce el brexit, el Reino Unido tendrá una capacidad de interlocución relativamente reducida en todo ese proceso, pero también se reducirá considerablemente la capacidad de interlocución europea.

Una de las principales consecuencias del brexit es que supondría un fuerte impacto para una Unión Europea con muchas críticas internas en la práctica totalidad de países miembros. Si bien, en el corto plazo, es improbable que el brexit conduzca a la desaparición de la UE si podría conducir a una paralización de los proyectos, un cuestionamiento mayor y a una pérdida de peso en las negociaciones internacionales, precisamente por las diferencias entre los países miembros.

En esas condiciones se podría producir un acuerdo poco ambicioso con EEUU para firmar el TTIP o, quizá, podría incluso «descarrilar» la negociación. En cualquier caso, el TTIP no sería tan importante como su desarrollo y consecuencias. El TTIP es un paso intermedio que busca generar un marco comúnmente aceptado a nivel mundial en la regulación de múltiples aspectos.

Una Unión Europea muy debilitada se podría ver muy perjudicada en su intento de dirigir todo este proceso hacia posiciones más cercanas a sus intereses, muy próximos a las preocupaciones británicas. Las condiciones del comercio internacional podrían producir un giro hacia sistemas menos garantistas de lo inicialmente previsto en los diferentes aspectos que preocupan tanto a los británicos como al resto de los europeos.

En esas circunstancias poco sentido tendría el papel de puente económico entre Europa y el resto del mundo que tan importante ha sido para la economía británica. Lo que se produciría es una clarificación de las reglas del juego del comercio internacional hacia un marco que perjudicaría los intereses de la UE y el Reino Unido.

El Reino Unido y el conjunto de la UE tienen unos costes más elevados derivados de un marco más exigente de protección de diferentes intereses: salud, medio ambiente, condiciones de trabajo, derechos de los consumidores, etc.

Si el Reino Unido se desmarca progresivamente de sus importantes relaciones comerciales, financieras y de todo tipo con el resto de países que pertenecen a la UE, deberá ser muy flexible para adaptarse a otras reglas, porque aisladamente su peso en las negociaciones tanto a nivel diplomático como el puramente empresarial es mucho más reducido.

El peso de la UE, más que al euroentusiasmo, se debe al tamaño del mercado que supone, ya no sólo por población, sino por la renta per cápita de los habitantes de la UE. Y lo es por el hecho de que las empresas que se deciden dar el salto a Europa saben que no tienen que adaptarse, en lo jurídico, a marcos exageradamente diferentes en distintas naciones.

Quien quiere comprar o vender, solicitar financiación, invertir, o establecer con cualquier país europeo otro tipo de relación, sabe que los países europeos tienen un importante conjunto de elementos en común que hacen que, realizada la adaptación a uno de ellos, la adaptación al resto sea más sencilla, precisamente por compartir esos rasgos.

El brexit no solamente traería diferenciación del Reino Unido frente a la Unión Europea, sino también incertidumbre. Nadie sabe en qué sentido se produciría esa diferenciación. Y eso perjudica al atractivo del Reino Unido frente a todos los países del mundo. La manera de vencer esa incertidumbre sería plegarse a las condiciones de países terceros, lo que seguramente tendrá un impacto relevante en la economía británica por los costes de la transición.

El papel de puente entre Europa y el resto del mundo se vería comprometido por un proceso de disgregación dentro de la UE que podría llevar a la creación de marcos regulatorios muy diferentes entre países. Si esos marcos se diferencian cada vez más, la aproximación a un puente intermedio perdería cada día más sentido.

Acerca de Gonzalo García Abad

Licenciado en Economía con amplio interés en la Fiscalidad, la Contabilidad, las Finanzas y el Derecho.
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