La sanidad privada española tiene una fuerte influencia del Estado en aspectos tales como la regulación de diversas materias, la formación y el empleo de los profesionales, el aseguramiento, la provisión de determinados servicios o como cliente.
En España existe una sanidad pública financiada y provista por el Estado. Ello quiere decir que la financiación sale de los Presupuestos Generales del Estado, que su gestión la dirige el Estado y que la gran mayoría de sus empleados son funcionarios públicos. Adicionalmente existe una sanidad cuya financiación no sale de los presupuestos públicos y cuya gestión la realizan empresas privadas. Sin embargo, en gran parte del sector sanitario privado, la participación del Estado es enorme. Analicemos algunas de las formas en las que participa el Estado en este sector.
Ventajas fiscales
Las primas de seguro satisfechas por la empresa no son rendimiento del trabajo en especie hasta no sobrepasar los 500 euros. Por otro lado, existen amplias exenciones en el IVA.
Como cliente
El Estado aporta una parte importante de la clientela del sector. Algunos de sus principales clientes son mutuas con una importante participación del Estado. Este es el caso de las mutuas de funcionarios, que no dejan de ser un instrumento de retribución del Estado a sus empleados; es el caso también de las mutuas de accidentes de trabajo, que son entidades colaboradoras de la Seguridad Social y que existen por la exigencia de la ley. Otro caso semejante se da en los accidentes de tráfico.También los servicios autonómicos de salud son un importante cliente de la sanidad privada, por la vía de los conciertos.
Como proveedor de servicios
En determinadas situaciones algunos pacientes de la sanidad privada pueden terminar siendo derivados a la sanidad pública. Sucede fundamentalmente cuando la sanidad privada se ve desbordada por una situación para la que no tiene recursos.
Como inversor
Una parte importante del sector depende de aseguradoras. Algunas de las aseguradoras más importantes tienen en su accionariado a entidades como las cajas de ahorro, donde la influencia de las administraciones es grande.
Como formador
Una buena parte del personal de la sanidad privada ha sido formado en institutos, universidades y hospitales públicos. Particularmente, hasta hace poco tiempo, los hospitales universitarios han sido, con alguna excepción, casi todos públicos.
Como empleador de profesionales de la sanidad de privada
Esto es particularmente cierto en el caso de los médicos. Una parte de los profesionales de la sanidad privada compatibilizan la actividad en la sanidad pública y en la sanidad privada. Y muchos de los que compatibilizan las dos actividades no se dedicarían a la actividad privada sin la pública.
Como asegurador
Algunas veces el Estado asegura implícitamente los proyectos sanitarios privados. Es el caso de aquellos proyectos de colaboración entre el Estado y la iniciativa privada. En estos casos, de no haber éxito empresarial, se suele producir el rescate del servicio por parte del Estado.
Como regulador
La sanidad es un sector fuertemente regulado. Son muchas las materias reguladas como, por poner algunos ejemplos la formación, el acceso a las profesiones, la regulación de determinados procedimientos, los riesgos laborales, los residuos y los riesgos ambientales, la regulación del sector farmacéutico,…
Conclusión
Cuando se debate sobre la conveniencia de un mayor o menor peso de la sanidad privada, hay que tener siempre muy presente la participación tan grande que tiene el Estado en la sanidad privada española.
Pingback: La letra pequeña de las bajadas de impuestos | Argumentos económicos