Centenarios en España, una década de boom


En los últimos años muchas miradas, con todo el sentido, se han girado hacia la crisis, pero algunos fenómenos han pasado ligeramente desapercibidos. El boom de los centenarios es uno de estos fenómenos.

La siguiente tabla habla de forma muy elocuente:Tabla de los centenarios en España

En los 10 años que transcurren de julio de 2005 a julio de 2015, fecha de los últimos datos disponibles, la población de centenarios en España ha crecido de forma muy importante. La población de centenarios españoles se ha multiplicado por algo más de 3.

Pero este fenómeno, que se da en todas las edades, es especialmente vigoroso entre los más mayores. Tener 110 años o más era algo extraordinario, ahora simplemente raro. El número de personas con al menos 110 años se ha multiplicado por más de 18 veces.

Tengamos en cuenta que el grupo de los centenarios de 2005 estaba formado fundamentalmente por personas nacidas entre 1895 y 1905, siendo el grueso formado por personas nacidas poco antes de 1905. En 2015, los centenarios básicamente habían nacido en el entorno de 1915.

Y llama la atención porque la generación de los centenarios de 2015 no ha sido una generación que lo haya tenido especialmente sencillo. Lógicamente la mortalidad infantil ha ido reduciéndose durante muchos años en esa época. Pero luego hubieron de afrontar la Guerra Civil Española con una edad bastante mala, entre los 20 y los 30 años aproximadamente, afrontando el comienzo de la Guerra Civil la mayoría de los centenarios de 2015 con unos 21 años.

El impacto de la guerra en víctimas, viudas, personas gravemente dañadas física o psicológicamente fue importante para este grupo de edad. Además, estamos hablando de que la Guerra Civil Española llegó a estos centenarios españoles de 2015 en una edad en la que deberían haber adquirido una importante experiencia laboral y formativa y encontraron una guerra. Si no existe edad buena para pasar una guerra, la edad del entorno de los 20 años es, sin duda, una de las peores.

Afrontaron la posguerra en una edad en la que muchos criaron a sus hijos. Y, después, sí es cierto que tuvieron un poco más de suerte en los años de su plenitud laboral, al encontrarse con el rápido crecimiento económico de finales de los años 50 y, sobre todo, de los años 60.  En esos años también fueron protagonistas de un importante fenómeno migratorio

Después, hubieron de afrontar la jubilación en el entorno de finales de los años 70, años muy convulsos económicamente.

Por otro lado, los centenarios de 2015 han conocido una crisis económica muy importante que aún no habían pasado los centenarios de 2005. Estamos hablando de personas que, desde el comienzo de la crisis, contaban con edades próximas a los 95 años. Indudablemente es una edad vulnerable, pero es evidente que los centenarios de 2015 han atravesado con vida las dificultades económicas derivadas de la crisis, incluso contando con una edad muy avanzada.

Parece que, si España no cambia mucho, deberá afrontar en los próximos años un importante crecimiento del número de personas centenarias. Pasará de ser una curiosidad que llenaba las páginas de los periódicos a una preocupación cotidiana. Los centenarios podrían no tardar  mucho en superar la cifra de un centenario por cada mil habitantes, lo cual no deja de ser una buena noticia. Pero las personas centenarias tienen necesidades específicas que habrían de poder cubrir adecuadamente.

Está claro que los centenarios no son personas muy mayores al uso. Para llegar a centenario hay que cubrir algunos «requisitos». Puede que algunos tengan, por así decir, una buena genética. También pueden influir un estilo de vida con hábitos especialmente saludables, un entorno familiar y social adecuado, el ambiente de su zona de residencia o el que ha tenido años atrás en su puesto de trabajo, incluso factores de mero azar como no ser víctima de accidente. Y qué duda cabe que una adecuada atención sanitaria puede prolongar la vida de las personas.

El aspecto de la atención sanitaria puede ser clave. Los retos que España necesitará afrontar por el boom de los centenarios serán bien distintos si la mayoría son personas fundamentalmente sanas, con las limitaciones propias de tan avanzada edad, que si se trata de personas que han prolongado hasta más allá del siglo su vida en condiciones de enfermedad, discapacidad y dependencia.

Hemos de prepararnos porque aún tenemos tiempo, pero el nuevo reto está encima. Las posteriores generaciones de centenarios pueden ser mucho más numerosas.

Acerca de Gonzalo García Abad

Licenciado en Economía con amplio interés en la Fiscalidad, la Contabilidad, las Finanzas y el Derecho.
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