El dinero como ejemplo de innovación jurídica


Muchas veces se ha dicho que la innovación es uno de los principales determinantes del crecimiento económico. Cuando se habla de innovación tendemos a pensar en nuevas máquinas, nuevos materiales, nuevos procesos, nuevos mercados… Quizá se tenga poco en cuenta el papel decisivo de la innovación jurídica.

Lo jurídico implica que una norma ordena una determinada realidad. La ordena atribuyendo a esa realidad unas consecuencias, las consecuencias jurídicas. Determinados actos y situaciones que se acomodan a ese orden son protegidos, mientras  que otros que no se acomodan son reprobados.

Ese amparo o esa reprobación de las normas ha permitido crear instituciones jurídicas importantísimas para el crecimiento económico. Pero, ¿por qué ha sido tan importante la innovación jurídica para el crecimiento económico? Para producir más, en definitiva para crecer, una vía es disponer de más cantidad de factores de producción: de más trabajadores, de más capital, de más de cualquier otro factor de producción. Una segunda vía es que esos factores sean de mayor calidad: trabajadores más formados, mejores máquinas, mejores materias primas, etc. Una tercera vía es la de mejorar la eficiencia con la que se usan los factores de producción, es decir, producir más con los mismos recursos. En este sentido una vía muy importante para ser más eficientes son los cambios organizativos. El papel organizador del Derecho ha sido muy importante a lo largo de toda la Historia. En definitiva, el Derecho ha amparado nuevas formas de hacer y ha reprobado otras. Esas nuevas formas de hacer, esos cambios organizativos, en muchas ocasiones han resultado un fracaso, pero en otras han posibilitado que los recursos disponibles se asignen de la manera más eficiente posible.

Pongamos un ejemplo para entender el papel capital de la innovación jurídica a lo largo de la Historia. El dinero es un invento que va más allá de la invención de un soporte físico que tenga las cualidades para convertirse en dinero, que también es una cuestión importante. El dinero se califica como dinero porque las normas atribuyen un amparo  al cumplimiento de las obligaciones efectuado con el  dinero. Ese amparo al  dinero ha posibilitado cambios organizativos.

Imaginemos una actividad que se desarrolla desde épocas muy antiguas: la ganadería. Pensemos en qué ha aportado el dinero a la ganadería No ha supuesto que se disponga de más cabezas de ganado, ni ha mejorado la calidad del ganado, ni ha hecho que se pueda disponer de mayor superficie de tierra para ese ganado,  ni tampoco ha mejorado la calidad de las tierras, tampoco hace que haya más ni mejores ganaderos, no dota al ganadero de nuevas herramientas. Entonces, ¿de dónde viene la aportación del dinero a la ganadería, de manera que posibilite crecer a la ganadería? Viene de los cambios organizativos, de una nueva forma de hacer las cosas.

En primer lugar el dinero da nuevas posibilidades para contabilizar la actividad. Hasta la aparición del dinero, y con ella la de los precios, se podía contabilizar las unidades físicas de ganado reproductor, de crías, de pasto, etc. Pero no era sencillo comparar unas situaciones con otras. ¿Cómo saber si conviene destinar un mayor o menor número de crías a la reproducción en lugar de a su sacrifico? El precio, al permitir valorar las cosas facilita enormemente la tarea. De este modo se puede conseguir producir aquello que tenga más valor, en definitiva se consigue crecimiento económico.

Una segunda posibilidad que dio el dinero es permitir más intercambios. Hasta la aparición del dinero, en una sociedad de trueque, para producirse el intercambio se tenía que producir la doble coincidencia de que cada parte tuviese lo que necesitase la otra. El dinero posibilita que se pague a alguien que no necesita lo que tú tienes pero sí lo que tiene otra persona que aceptará el dinero que tú le has pagado. El intercambio lleva a la especialización, lo que hace que se dediquen a la ganadería aquellos grupos humanos relativamente más indicados para el desarrollo de las distintas actividades. No significa necesariamente que, por ejemplo, se dediquen al comercio los grupos humanos más indicados para ello. Por ejemplo, puede haber una familia que tenga más aptitudes para dedicarse tanto al comercio como a la ganadería que otra, pero que sólo sea un poco más apta para dedicarse al comercio y  muchísimo más apta para dedicarse a la ganadería. Esa familia puede dedicarse a la ganadería, vender su producto, obtener dinero y con ello pagar los servicios comerciales que le ofrece la otra familia, que solamente serán un poco menores. Y además, todavía le quedará dinero para pagar a otras familias por otros bienes y servicios, más de lo que le quedaría si tuviese que dedicarse a una actividad donde destaca mucho menos, como es el comercio. Al servir para dirigir a cada grupo a aquéllo para lo que está relativamente más capacitado, el dinero es fuente del crecimiento económico.

Además el dinero posibilita mucho más el ahorro. Si no hubiese dinero una familia que se dedicase a la ganadería podría dedicar ganado a la reproducción pero, a medida que tiene más y más ganado, cada vez sirve menos para sus necesidades. Tener unas cuantas gallinas puede servir a una familia para poder comer sus huevos. pero qué pasa cuando se tienen más huevos de los que se pueden comer. Lo que sucede es que o se intercambian o no sirven para satisfacer las necesidades de esa familia. El dinero, al facilitar el intercambio posibilita la acumulación. Ya no importa que no tengan más huevos de los que puedan comer porque el intercambio es más factible que en la sociedad del trueque. El ahorro, al disponer de más ganado, posibilita el incremento de la producción, el crecimiento económico.

Acerca de Gonzalo García Abad

Licenciado en Economía con amplio interés en la Fiscalidad, la Contabilidad, las Finanzas y el Derecho.
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