Estimado lector, ésta es una pregunta con trampa. Salvo peligrosas burbujas, que haya una mejora espectacular de la economía nacional o internacional o que usted conozca al nuevo Henry Ford y le haya ofrecido invertir en sus proyectos (ésto último tómeselo con cautela, no vaya a ser que su familiar, amigo o conocido no vaya a ser el nuevo Henry Ford), las expectativas de ganar mucho dinero con sus ahorros son complicadas.
Muchos ahorradores tienen como referencia aquél tiempo pasado en el que subían los precios de las acciones, de los pisos, de los títulos de deuda pública, de los de deuda privada, todo subía. Los más desinformados se preguntan: «¿y dónde hay que invertir para repetir todo aquello y poder ganar mucho dinero multiplicando tu inversión en pocos años?». Muchas veces no nos paramos a pensar lo que sucedió en aquellos años y cuánto puede tardar en repetirse una situación semejante. Pensemos un poco.
Como relataba en esta otra entrada, en esos años que esos ahorradores malacostumbrados toman como referencia, bajaron mucho los tipos de interés de la economía española. Cuando caen los tipos de interés de forma muy importante los precios de los activos suben de forma importante, si lo demás no empeora excesivamente. No olvidemos que los tipos de interés y los precios de los activos caminan en direcciones opuestas. Una bajada importante de tipos de interés hace que el futuro (ya sean los dividendos de las acciones, los cupones de los títulos de renta fija, los alquileres de los pisos o cualquier clase de rendimiento) valga más hoy. Pero, ¿algo como lo que sucedió en aquél tiempo pasado es sencillo que se repita pronto?
Uno de los factores importantes en esa caída de los tipos de interés a nivel mundial es la política monetaria expansiva, muy extendida por el mundo. Es difícil tanto que la política monetaria sea mucho más expansiva (no olvidemos que los tipos de interés del BCE han llegado prácticamente al 0% y ahora se ha iniciado el programa de flexibilización cuantitativa), como que una política monetaria tan expansiva se extienda tanto por el mundo entero (EEUU, Japón o el Reino Unido también han empleado políticas semejantes). Es más, uno de los miedos que surgen con las políticas monetarias expansivas es que originen subidas del precio de los activos, tanto financieros como no financieros. Uno de los problemas es que muchos mercados tienen imperfecciones. Ante una subida del precio de los activos se puede formar una burbuja en alguno de esos mercados que puede llegar a niveles que pueden resultar muy perjudiciales para la economía. Por eso se está abriendo una corriente a favor de una política monetaria más restrictiva. Otra corriente defiende el empleo de la política monetaria como arma para luchar contra la deflación. Si ese fuese el caso (que estemos en deflación y que vayamos a salir de ella gracias a la política monetaria) lo razonable sería pensar que una vez logrado ese objetivo la política monetaria sea más restrictiva y los tipos de interés comenzasen a subir una vez logrado el objetivo. Lo que sí parece claro es que los tipos de interés del BCE tienen poco margen para caer.
Es importante tener en cuenta que los precios de los activos varían antes de que lo hagan los propios tipos de interés, varían en función de la expectativa de que los tipos de interés se alteren. Pero esas expectativas difícilmente se van a alterar esperando tipos de interés más bajos.
En una economía existen muchísimos tipos de interés, tantos como operaciones financieras. Unos que influyen mucho son los tipos de interés a los que se endeuda el Estado. Podemos tomarlos como referencia del tipo de interés libre de riesgo y, en función del riesgo del proyecto a analizar, añadir una prima por el riesgo. El riesgo de las inversiones en deuda pública de España se ha reducido mucho. Prueba de ello es la reducción de la prima de riesgo, precisamente por ello se ha reducido.
Pero, ¿invertir en un empresa, por ejemplo como accionista o prestando dinero a la empresa, tiene unos riesgos mayores que los de invertir en deuda pública que se podrían reducir? Sí, pero aquí caben varias opciones. La primera es que los riesgos se reduzcan por el hecho de que las empresas se arriesguen menos. En ese caso no esperemos rendimientos espectaculares en proyectos de inversión de poco riesgo.
Otra posibilidad es que ese riesgo sea asumido por terceros, por ejemplo, si el BCE, o los Estados nacionales dijesen que garantizan el pago de cualquier deuda. Eso, sin ninguna contrapartida, supondría una mera transferencia de los riesgos. Claro que tendría beneficiados, pero a costa de que el contribuyente se haga cargo de riesgos que no ha creado y de cuyos beneficios no participaría. Por injusto es improbable.
Otra posibilidad es que logremos una mejora institucional del entorno que haga que los mismos proyectos empresariales, o de otro tipo de inversión como la inmobiliaria, tengan menores riesgos. El entorno afecta a los riesgos de cualquier proyecto y una mejora institucional puede contribuir a disminuir la prima que se paga por ese riesgo. A pesar de ser una labor muy necesaria es también muy complicada.
Y otra alternativa sería la de que quien lleva a cabo esos proyectos de inversión encuentre la manera de disminuir los riesgos, de hacer cada vez más probable que los rendimientos del proyecto se acerquen mucho a lo esperado. Y no estaría mal añadir que encontrase la manera de que los rendimientos esperados fuesen cada vez mayores. Esa es la labor de todo empresario, pero claro está que si lo que esperamos son rendimientos espectaculares necesitaremos, como decía al principio, empresarios muy exitosos o un crecimiento económico espectacular. Si la economía crece mucho habrá muchos proyectos que vayan bien. No nos engañemos, ganar mucho dinero con los ahorros es posible, pero muy complicado.